Deberíamos hablar sobre el Dharma en el siglo XXI.
Si lo piensas, no importa cómo quieras llamarle, la filosofía o la esencia del Dharma. Es una ley universal.
Es decir, si nos observas a todos, somos iguales. Nuestra sangre es del mismo color, ¿verdad? Estamos construidos de la misma manera o, al menos, de una manera similar. La base de nuestra existencia como humanos dentro de este vehículo es muy parecida.
Por supuesto, si lo vemos desde otro punto de vista, encontramos que, aunque somos comparables en muchos aspectos, también somos diferentes en otros. Quiero decir, aunque el cuerpo es similar, es diferente. Cada forma es diferente, por ejemplo. Hay muchas maneras en las que podemos ver las diferencias, pero la base es similar.
A partir de nuestras vivencias durante nuestra infancia, de nuestra cultura, de nuestro lenguaje, de todas las características y circunstancias divergentes de nuestra vida, acabamos teniendo un punto de vista u otro. Terminamos teniendo diferentes tipos de perspectivas. Normalmente, la gente ve las cosas de diferentes formas. No puedes esperar que todos comprendan o vean las cosas como tú las ves porque tienen un marco mental diferente.
Así como nuestra sangre es del mismo color, así como la base de quiénes somos es similar, ciertas leyes naturales se aplican a todos. Ya sabes, hay una filosofía, por ejemplo, la gravedad. Conoces la ley de la gravedad. Es física, ¿verdad? Entonces, se aplica a todos de la misma manera. De manera similar, el Dharma, o la filosofía del budismo, se aplica a todos de la misma manera porque es una ley universal. Incluso antes de Buda, incluso antes de que se creara la palabra budismo, ya existía esa filosofía. Esa ley se aplica a nosotros. Entonces, podemos ponerlo en práctica. Podemos usar eso, ya sabes. Entonces, la técnica es la misma para todos, pero las circunstancias son diferentes.
Como nuestra sangre es del mismo color, como la base de quiénes somos es similar, ciertas leyes naturales se aplican a todos. Hay una filosofía, por ejemplo, la gravedad. Conoceis la ley de la gravedad. Es física, ¿verdad? Entonces, se aplica a todos de la misma manera. De manera similar, el Dharma, o la filosofía del budismo, se aplica a todos de la misma manera porque es una ley universal. Incluso antes de Buda, incluso antes de que se creara la palabra budismo, ya existía esa filosofía. Esa ley se aplica a nosotros. O sea que, podemos ponerlo en práctica. Podemos usarla. La técnica es la misma para todos, pero las circunstancias son diferentes.
Lo que debemos entender es que las circunstancias no nos hacen. Hacemos las circunstancias. Nosotros somos los que elegimos cómo reaccionar ante las circunstancias. Eso es algo importante a tener en cuenta.
Como, solo como ejemplo, si tienes agua hirviendo, el agua hirviendo es la circunstancia. Si introduces una patata, se ablanda. Si introduces un huevo, se pondrá duro. Sin embargo, en cada caso, las circunstancias son las mismas.
Tu eliges. ¿Quieres ser un huevo o quieres ser una patata? Tu eliges. Es tu decision. ¡No puedes culpar al agua por ello! Eso es también lo que dice Dharma.
Así que una de las cosas en las que Dharma nos ayuda o a mi me ayudó mucho es a aprender a adaptarnos positivamente a cualquier circunstancia sin importar cómo sea. Eso, para mí, es un regalo. Es una bendición.
Tendemos a sobrevalorar la negatividad más que la positividad, ¿verdad? Entonces, cuando pasa algo malo, ¡oh! Es un gran problema. Si suceden diez cosas buenas, ¡es normal! Entonces, sólo recordamos ¡oh! esa persona dijo que esto o aquello sucedió. Oh! Oh! Oh! Entonces, todas las cosas buenas, todas las cosas bonitas que la gente nos dice, nos olvidamos por completo de ellas. ¿Por qué?
¿Por qué? Sobrevaloramos esa negatividad. Debemos cambiar eso. Si podemos cambiar eso, entonces, ¿qué estará presente en nuestra vida? ¿Qué va a tomar forma en nuestra vida?
Todo lo que sobrevaloramos, todo lo que valoramos, todo aquello a lo que damos importancia, eso es lo que prevalecerá en nuestras mentes. ¿Correcto? Entonces, si le temes a algo, estás proyectando lo que temes. O sea que estás creando esa realidad. Estás atrayendo lo que temes, ¿verdad?
Solemos hacer eso mucho. Tendemos a tener este tipo de mentalidad. Tendemos a entrar en este ciclo de dar vueltas y vueltas. Creamos estos hábitos. Creamos estas conexiones neuronales de, ya sabes, la autocompasión, dar importancia sólo a lo nuestro o el egocentrismo.
Sobre la base de ese egocentrismo, sufrimos mucho. Por eso es importante comenzar siempre el día con una actitud de gratitud. Eso te ayudará a no ser tan egocéntrico. Eso creará la causa para que seas más feliz automáticamente, solo porque serás más consciente de los demás. Eso te ayuda a tener la plataforma de la empatía. Ya sabes.
Por lo tanto, la gratitud es la actitud clave en la vida. Debemos practicarla todos los días. Ese es un hábito que queremos tener porque todos queremos ser felices, ¿verdad? Es solo que la manera en que perseguimos ese objetivo es bastante diferente del resultado que estamos buscando.
Básicamente, en otras palabras, queremos ser felices. Sabemos que lo que estamos haciendo no nos va a hacer felices, pero lo seguimos haciendo. Piénsalo. No tiene sentido. Es hora de hacer un cambio.
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