Todo comienza contigo mismo. Tú eres quien elige cómo vas a percibir las cosas. Tú eres quien elige cómo vas a reaccionar ante ellas.
Sabemos que muchas veces, si reaccionamos con humildad, paciencia y bondad, el resultado será que disfrutaremos un estado mental mucho más feliz. De esta forma, nuestra actitud irá ajustándose también, y todo lo demás sigue. Todo empieza a alinearse.
Si eres consciente de ello y te has dedicado a consolidar este tipo de patrón, este mecanismo gradualmente se hará automático. Lo que ahora experimentamos es el resultado de nuestro karma, vinculado a las causas que hemos creado.
A menudo sucede todo lo contrario. ¿Por qué? Porque invitamos al ego. Extendemos una invitación a las emociones destructivas. Les abrimos la puerta a esos visitantes no-invitados. Permitimos que invadan nuestra forma de pensar. Los aceptamos. Les damos poder y, al final, simplemente dejamos que se desmadren. Entonces, más tarde, nos arrepentimos de lo que hemos hecho. Estamos tristes. Tenemos que pedir perdón a aquellas personas que hayamos lastimado u ofendido.
Desde luego, aprender es un proceso. Si no cambiamos el hábito, entonces lo único que hacemos es repetirlo una y otra vez. Cosa que no sirve para nada constructivo. Los resultados simplemente no son positivos. Lo que buscamos son resultados positivos. Buscamos mejorar como persona.
No necesitamos compararnos a nadie porque todos somos diferentes. Cada uno de nosotros tiene una forma distinta de saber. Cada uno vive en circunstancias distintas. Partimos de diferentes perspectivas, culturas, crianzas, influencias sociales, etcétera. ¿Verdad?
Es decir, no hay nadie que sepa más que otro. Siento decirlo, ¿ok? Al menos, así lo veo yo desde mi punto de vista. Cada uno tiene una forma distinta de saber porque cada uno parte desde su propia perspectiva. La forma en que comprende las cosas es desde su perspectiva.
Si yo digo algo, nunca voy a entender exactamente lo que vas a entender tú. Tú nuncas sabrás de verdad exactamente lo que estoy intentando decir. Ese espacio entre nosotros es algo que sencillamente tenemos que aceptar. ¿OK?
Es como cuando leemos. Puede que el escritor quiera comunicar algo. Nunca comprenderemos del todo su mensaje completo porque tenemos nuestra propia percepción. De este modo, siempre hay un gran espacio entre los dos. Hay un gran espacio entre una perspectiva y otra.
Es una de las dificultades de la comunicación. Es por eso también que es tan importante escuchar más que hablar en la comunicación.
Escuchar es la parte más importante de la comunicación aunque no lo parezca. “Oh no, la comunicación se trata de hablar, ¿no?”.
No. Tiene que ver con escuchar. Entonces, es algo importante también. Es un arte. Escuchar es un arte. Creo que escuchar es un aspecto enorme de la empatía porque muestra: “Oh, tú me importas. Tú existes. Quiero comprenderte. Quiero poder relacionarme contigo.”
La mayoría de nosotros escuchamos para contestar. Tal vez nuestro interlocutor ni haya hablado… Tal vez no haya terminado de hablar y, ya, ya estamos interrumpiéndole. Nos ponemos a hablar por encima de él o ella para contestar. Estamos programados así. Eso es el ego. El individuo es más importante. Somos el centro del universo. Todo gira alrededor de nosotros.
Ahí está la cosa. Tú no eres el centro del universo. No lo siento decir. Es que no lo somos. Somos una pequeñita… No somos ni un granito de arena.
Pero, sí tenemos gran potencial. Podemos lograr cambios enormes. De hecho, logramos cambios y mejoras enormes. Se trata de un equilibrio entre una posición y la otra. Es así:
Siente orgullo porque existes. Sé humilde porque perteneces.
Eres parte de algo. Eres parte de la interdependencia en movimiento constante del colectivo humano habitando la naturaleza.
Esas palabras me parecen increíblemente sabias. Me las dijo un amigo mío. Trabaja con el cuero y lo ha estado haciendo por unos 50 años. Elabora unas artesanías de cuero fenomenales. Crea animales y cajas. Puede construir un águila enorme, una tortuga de tamaño natural o cualquier animal o cosa con solo el cuero, todo a mano, lámina por lámina, increíbles. Tarda meses en elaborarlos. Incluso ha construído cascos de motocicleta. Les han hecho pruebas y resultaron aún mejores que los cascos normales porque el cuero absorbía el impacto. Su trabajo es profesional. En cualquier caso, es un hombre increíblemente sabio y es uno de mis mentores. Llevo a Selim muy en el corazón. Fui aprendiz suyo y trabajé el cuero con él por algún tiempo.
Me gusta la artesanía, el arte. He probado un poquito de todo, sabes. Para mí, fue importante hacerlo porque en el monasterio nunca tuve oportunidad. En el monasterio, se prohibía casi todo, menos el estudio y las oraciones. Así que fue bueno para mí.
Agradezco la oportunidad que he tenido. Me alegro de haber adquirido las herramientas de lo que aprendí en el monasterio. Luego, cuando ya vivía en el ancho mundo, estas, como consejos prácticos para el día a día, se me hicieron tan valiosas. Me ayudaron a adaptarme más facilmente a las situaciones.
Si no hubiera tenido esas herramientas, creo que me habría sido difícil adaptarme a la cultura occidental. Especialmente por la mentalidad que tengo. No entendía nada de la sociedad. Básicamente existía dentro de una burbuja.
Entonces, sí. Es tan importante. Enfréntate siempre. Enfréntate cada mañana. Enfréntate cada noche.
Cada mañana, cuando te despiertes, pon tu motivación. Intenta comprender cuál es tu motivación. ¿Qué vas a hacer hoy?
Todos intentamos encontrar la felicidad ¿verdad? Creo que en eso estamos de acuerdo. Entonces, ¿cómo llegamos a esa felicidad? Esa es la pregunta.
El primer paso es entender que la felicidad solo puede ser el resultado de estimarse y ser compasivo con uno mismo, y de ahí, con todos los demás.
Así que quizás haya algunas cosas que tenemos que dejar de hacer, de lo cual saldrá nuestra motivación. ¿Entendéis?
Mientras nuestra intención, nuestra motivación se base en el ego, en ser egocéntricos, en los apegos, en dejarnos impulsar por intereses egoístas, será imposible ser feliz. Lo más seguro es que no seremos felices.
Mientras mis intenciones se centren en YO, en yo quiero ser feliz, entonces, olvídalo. Ese no es el camino a la felicidad.
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