La comunicación es la base de las relaciones humanas y la vida va de compartir. Si no puedes compartir, ¿de qué sirve?
Incluso las personas más ricas que tienen todas las cosas materiales y tienen todo lo que pueden tener para varias vidas, lo que más valoran es el tiempo y la compañía. Luchan por la tierra, por los recursos, por la riqueza, por la información, por tantos aspectos diferentes, pero al final lo que más valoran es el tiempo y la compañía.
La mayoría de los proyectos humanos que terminan fallando, entre el ochenta y el noventa por ciento de las veces, la razón por la que fracasan es por malentendidos. ¿Entiendes lo que eso significa? Las personas se malinterpretan unos a otros porque no tienen una buena base para la comunicación. Entonces, ¿cómo comenzamos con la comunicación? Primero, tenemos que estar agradecidos.
El primer paso de la comunicación es la gratitud, la empatía. De la gratitud viene la empatía. Entonces tenemos la gratitud arriba del todo. Cuando estamos agradecidos con nuestra situación, estamos agradecidos con la compañía que tenemos, con todo, nos volvemos más humildes. Cuando somos más humildes, escuchamos más; intentamos entender.
Cuando eres humilde, eres más consciente, así que escuchas más. No te importa tanto imponer lo que quieres o lo que eres. Eso no es tan importante cuando eres humilde, cuando estás agradecido. Es entonces cuando entra la empatía. Cuando alguien dice algo, no escuchas para responder, escuchas para entender. Ese es el primer paso para la comunicación. Escuchas para entender, no para responder.
Conozco a muchas personas, incluso antes de que termines de hablar, ya quieren decir algo. ¿Y esto qué es? Esto es el ego.
Entonces, escucha para entender, y si no entiendes, entonces haces preguntas para entender mejor. Este es el primer paso de la comunicación.
E incluso si a veces la gente no dice nada, si eres humilde, si estás agradecido, entonces eres consciente, “Oh, tal vez están sufriendo. Tal vez pase algo”.
Incluso si están tratando de sonreír, puedes ver que están teniendo problemas. Y ese es el primer paso hacia la verdadera alegría. Cuando piensas: “Yo, yo, yo, yo, yo, pobre de mí, pobre de mí”, no hay alegría en eso, y quieres que la gente te preste atención y luego les haces de menos.
Podemos aprender mucho si observamos, en lugar de solo mirarnos a nosotros mismos – yo, mi gran yo, el centro de todo, yo. En lugar de mirar eso, empieza a observar los pequeños detalles. Cuando ves la belleza en todos, lo preciosos que son todos, entonces aprecias su presencia. ¡Increible! Entonces también puedes comenzar a apreciar tu presencia. Empiezas a ver tu belleza, que es infinita y mágica.
O sea que, el primer paso es la comunicación. ¿Cómo hacemos eso? Teniendo total gratitud en todo momento. Debido a que somos criaturas de hábitos, trabajamos en base a hábitos, así que comenzamos todas las mañanas, “Gracias, me he despertado hoy. Gracias, estoy vivo hoy. Puedo apreciar la vida. Incluso puedo practicar meditación”.
Extraído de Adapting Positively to Any Circumstance, una charla que Ösel dió en el Instituto Vajra Yogini en el sur de Francia.
Fuente: Lamayeshe.com
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