La paciencia es muy importante. Por ejemplo, cuando estamos en Facebook o viendo televisión, a veces hacemos tantas cosas completamente inútiles, que básicamente nos lavan el cerebro, pero de alguna manera, somos muy pacientes. ¿Por qué? Estamos perdiendo el tiempo, pero somos súper pacientes. Sin embargo, muchas veces cuando no estamos malgastando nuestro tiempo, cuando realmente estamos haciendo algo y tenemos un reto, perdemos la paciencia muy fácilmente. ¿Por qué es esto? Es importante comprobarlo y observar.

El otro día, alguien me contó una historia muy divertida sobre una mujer y un niño en un supermercado. La madre llevó a su hija al supermercado y la hija inmediatamente vio chocolate y gritó: “¡Ah! ¡Quiero chocolate, quiero chocolate!” y la madre dijo: “No, no, no”. Al de un rato, vio unas galletas y dijo: “¡Quiero galletas!” Comenzó un berrinche y luego vio algunos dulces, así que comenzó a agarrar todos los dulces y ponerlos en la cesta y gritar: “¡Quiero dulces!”

La madre dijo: “No, lo siento, nos vamos a casa a la ducha. Vamos a cocinar la cena y luego vamos a cenar”. Muy pacientemente dijo: “No, Caroline, nos vamos a casa. Nos vamos a duchar. Vamos a cenar”. Lentamente, sacó los dulces y volvió a guardar todo mientras la niña se estaba volviendo completamente loca. Alguien que estaba en el supermercado se acercó a la madre y le dijo: “Guau, realmente te admiro. Eres muy paciente con tu hija Caroline”. La madre dijo: “Lo siento, no, soy Caroline y mi hija se llama Eleanor”. Ese es un buen ejemplo de tener paciencia contigo mismo. La madre hablaba consigo misma, no con la hija.

La paciencia es muy, muy importante, comenzando por uno mismo. Pero la paciencia no es solo ahora, algo temporal, sino también a largo plazo. Si tienes un reto, si quieres lograr algo, si quieres dedicarte a algo, entonces también debes tener paciencia. Debido a que somos criaturas de hábito, no podemos cambiar así, en un abrir y cerrar de ojos. Tenemos que dar pequeños pasos lentamente, despacio, despacio. Por lo tanto, es bueno crear lentamente el hábito, el patrón, en la mente primero. Poco a poco, puedes comenzar a hacerlo y hablar de ello.

Lo importante es reconocer los patrones en la mente. Cuando observes un patrón negativo, cortas, te detienes y luego cambias a algo positivo. Uno de los principales problemas en el planeta hoy, por el que hay tantos problemas, es que sobrevaloramos la negatividad más que la positividad. Si realmente sobrevaloráramos la positividad mucho más y no le diéramos tanta importancia a la negatividad, entonces lo que realmente tendríamos sería positividad. Pero también es importante observar la negatividad para aprender, saber lo que no quieres y saber lo que sí quieres. Así que aprende de tus errores. Puedes cometer algunos errores, pero no repitas el mismo, el mismo error todo el tiempo. Si no no evolucionas.

Extraído de Adapting Positively to Any Circumstance, una charla que Ösel dió en el Instituto Vajra Yogini en el sur de Francia.

Fuente: Lamayeshe.com