Muchos de nosotros nos criamos en sociedades materialistas, dentro de un sistema capitalista. Si logras el sueño americano – o cómo llames el éxito – no importa que hayas pisoteado a los demás para llegar ahí, ¿sabes? De muchas maneras así se nos ha educado.
Simplemente porque eres súper rico, todos te van a admirar, aunque trates a tus empleados pesimamente. Tus trabajadores tal vez cobren una miseria de sueldo con el que apenas llegan a cubrir sus gastos y tener una calidad de vida razonable.
Cuando esto es así, es de lo más hipócrita. Digo, si tienes tanto dinero, deberías cuidar de tus empleados, ¿no? Deberías mostrarles consideración porque son ellos quienes te han ayudado a conseguir esas riquezas. Tienes una responsabilidad hacia ellos. Hacer eso sería lo normal, ¿no?
Si observas la sociedad, en cierto aspecto está enferma. ¿Cómo? ¡Hasta la guerra es legal! ¿Cómo puede ser legal la guerra? ¿Tiene algún sentido? La guerra por la paz. “¡Oh, hacemos una guerra por la paz!”
No sé. Es difícil pensar sobre esto. La guerra. ¿Cómo puede ser legal la guerra? ¿Cómo es posible? ¿Cómo sucedió? ¿Cómo se llega hasta tal punto?
Si estudias la historia, verás que por miles de años los humanos han estado masacrándose. Ha sido así desde que tenemos uso de la razón.
Tal vez, cuando había un matriarcado, la cosa era un poco diferente, así lo espero. Luego, al establecerse el patriarcado, cambió. “Aquí tienes, hijo mío. Toma esta lanza y demuéstrale quién manda!” Ya sabéis, ese tipo de concepto.
Deberíamos hablar aquí un poco sobre el concepto del machismo y también sobre la educación para la igualdad de género. La violencia doméstica y la agresión sexual son de lo más horrible.
Me parece que, a veces, cuando un hombre se expresa de forma muy machista, mostrándose agresivamente orgulloso de su masculinidad, de ninguna manera es “masculino”. A mi ver, esa persona carece de una masculinidad apropiada. Se comporta de ese modo porque cree tener que demostrar una superioridad física. Entonces, piensa, “Me voy a imponer.” Esto es una masculinidad tóxica. Perjudica no solo a las mujeres, sino a los hombres mismos y la sociedad en general.
Me parece que esta actitud demuestra más que nada una falta de masculinidad, de autoestima, de empatía. En cambio, lo que sí demuestra es inseguridad. En español decimos “prepotencia”. No sé si ese concepto existe en inglés. Signfica que, sintiéndote inferior, intentas actuar como superior.
Debemos despertar a esta situación y tenerla claro.
Cuando un varón demuestra una actitud dominante y autoritaria hacia quien ocupa un puesto, según él, inferior al suyo, y exige a la vez una sumisión total, esto es un disfraz. Está rehuyendo sus caracteristicas femeninas y exagerando las características fuertes masculinas. La base de este machismo es un complejo de inferioridad.
Al final, todos tenemos energía femenina y energía masculina, ¿verdad? Necesitamos ver esto. Si no lo vemos, es que no nos estamos estimando.
En mi opinión, a los hombres en particular les da miedo ver esto. Por eso intentan demostrar una superioridad escondiendo su bondad, su característica supuestamente femenina. Lo hacen porque cuando tienes ese tipo de mentalidad, mostrar amabilidad es una señal de debilidad. Quizá por eso haya guerras. Hay que conquistar a otros.
A decir la verdad, mi intención no es la de demonizar a los hombres ni a las cualidades masculinas. Más bien, estoy subrayando los efectos perjudiciales de ciertos comportamientos masculinos ideales, como el del predominio y la rivalidad.
¿Qué opináis vosotros?
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